ENSAYO 01: LA FE

= Aprendiendo a confiar mas allá del límite individual =


Lunes 18 de Agosto del 2003
Mensajero: - La vereda arenosa al lado de la costa estaba rodeada de un escaso pasto bahía verde, y conforme avanzaba esta se elevaba más hacia un precipicio cerca del mar. La cabaña de su amigo sobre la colina que daba a aquel despeñadero se veía ya a unos cuantos cientos de metros. Construida con madera maciza de los bosques de Saba y revestida de piedra caliza hacia más de un siglo, conservaba igual de intacta su vistosa arquitectura que el día que partió rumbo a la aventura de explorar y conocer el mundo. Deseo llegar al pórtico de ese hogar entre ciprés, cedros, pinos y palmeras; abrazar, besar y sonreír a su viejo aliado. Quería contarle todo lo que había vivido, compartirle los grandes tesoros encontrados en aquellos viajes a lugares milenarios.

Mientras caminaba, se percato que a su regreso a casa vestía las mismas prendas que usaba cuando salió; el pantalón y camisa blanca Luis XV que su abuela Aurora le había obsequiado cuando cumplió los 17 años, la gabardina negra estilo gótica, y una mochila de cuero que solía cargar en su hombro derecho con papel, estilógrafo, tinta, y algunos lápices. Ningún souvenir traía consigo, y sin embargo algo más importante en sus memorias lo consoló, algo tan valioso y preciado como el gesto de quien lo había vestido para esa larga travesía…

El cielo azul oscuro por el anochecer dibujo los primeros astros en el fondo, y el sonido del silencio solamente interrumpido por las olas al romperse en la arena blanca perla de la costa, lo embelesaron en un arrullo al andar de cada paso. Había vagado por muchos lugares de la tierra en busca de los vestigios de la verdad hacia tanto tiempo, y aquel lugar entre todos los visitados le era el más extraordinario para vivir y morir.

Finalmente en ese éxtasis de experiencia y añoro revivido, llego a la puerta, y toco. La puerta abrió, y en un instante en mohines recíprocos suscitados por el asombro y la felicidad de encontrarse nuevamente con la mirada de un antiguo amigo, se musito entre sonrisas, el comienzo de una charla…

Amigo: - ¡Tú!
¡Regresaste!

Trotamundos: - Sí amigo, he regresado.


Amigo: - (Apenas y puede contener la emoción de volver a verlo, y en una lágrima exterioriza). ¡Te extrañamos muchísimo! Fue difícil aprender a vivir sin ti. ¿Cuéntame que ha sido de ti todos estos años? ¿Valió la pena aventurarse?

El pueblo ha anhelado tu regreso desde que partiste esa madrugada…

Trotamundos: - Me da gusto estar de nuevo aquí. Ustedes saben lo importante que era para mi realizar este viaje. Espero me disculpen, pero la partida fue solo el principio de algo mucho más complejo que debía comprender hasta donde permitieran los límites.

Mensajero: - El amigo lo invito a pasar; él paso. Seguido al admirable recibimiento de bienvenida que dejo en el ambiente una resolución de tranquilidad alegre, se sentaron en la sala frente a la chimenea, y continuaron charlando…

Amigo: - Quiero saber…

Trotamundos: - ¡Valió la pena!

Durante esos viajes escuchando a los guías espirituales de cada región del planeta, logre imaginar que en cierta ocasión se reunieron Dios y el primer ser-existencial creado. Un ser como todos, con la ultima de las libertades, la de elegir y mantener su voluntad.

En esa reunión mientras caminaban juntos, Dios le enseñaba los nombres de lo Blanco a lo Negro en los colores, del significado en cada uno. Después de un tiempo de haberle guiado en el camino, Él se detuvo, lo miro y sonriendo le pidió de favor le enseñara al segundo ser lo que había aprendido. Advirtiéndole era de suma importancia, el otro se formara como lo había señalado durante su propio crecimiento.

Bien, Dios pudo haber enseñado al siguiente, pero quiso y confió en que el primer ser lo haría.

Este primer ser, ahora tenía el compromiso de guiar al segundo en el camino del conocimiento de los colores. Era consciente de eso y de la importancia de participar en la vida de los demás para que sean ejemplo. Aunque dicen en la libertad, se vive la angustia y la duda incluso ante lo evidente. El primer ser se sintió tentado de decirle al segundo los nombres de los colores de forma contraria, distinta.

Amigo: - ¿Por qué se sentiría así?

Trotamundos: - Quizás por curiosidad.

Amigo: - ¡Vaya!

¿Y qué hizo?

Trotamundos: - El primer ser desobedeció a Dios y en su desobediencia mintió. Como desobedecer es negarse a seguir el camino establecido por Él absoluto aún en lo percibido relativo en Él, el conocimiento cayo en decadencia.

Amigo: - ¡Claro!

Trotamundos: - Ahora aunque el segundo ser nunca hablo directamente con Dios, es un ser que permaneció los días de su vida; veraz, sincero de corazón y de hechos. Enseña lo que aprendió acerca del camino de los colores, al ser tercero, al cuarto, al quinto, y hasta el sexto. Todos como su guía fiel, auténticos hasta en la curiosidad.

Lo triste es, como por uno, todos viven engañados acerca de lo nombrado por Dios, sin importar su disposición a guiar a la siguiente generación con entrega y sinceridad.

Sin saberlo, están perdidos.

Cerca Dios como de costumbre, escuchaba hablar una lengua distinta a la que había enseñado al ser primero en quien confió, y se entristeció.

Amigo: - Él pudo haber actuado para evitar que eso sucediera.

Trotamundos: - Sí, pero quiero pensar que cuando alguien ama su creación, le demuestra ese amor, al confiar en su libertad para transmitir la verdad depositada en su vida. Por supuesto tampoco debemos culpar a los seres de sus errores cuando los ignoran en su consciencia y su propósito es actuar correctamente ante el Eterno e Infinito. Debemos sí, preferir ayudarles a adquirir ese conocimiento.

Triste pero aún con fe en la creación de seres-existenciales, Dios tiene compasión.

Conmovido por el corazón de los perdidos, al nacido como él séptimo ser, lo tomo y lo guió en el camino de la verdad desde lo blanco hasta lo negro. Un tiempo con Él, y de nuevo vuelve a detenerse en sus limites, lo mira como al primero y le sonríe pidiéndole de favor enseñe al siguiente lo aprendido.

Él séptimo ser temeroso de perder su lealtad a la Palabra que maná de la lengua de Dios, guía al octavo, al noveno y al décimo con amor y servicio. A favor de Dios y los seres-existenciales, todos ellos son amantes de la verdad y la viven como el séptimo.

Un día, día primero para el undécimo ser, cuando en el campo de la vida al despertar se ignora si el sol entra o sale en el horizonte, se encuentran el sexto y el décimo ser en los cruces de los caminos, a su vez ambos encuentran al undécimo ser, y su deber para con Dios es guiarlo en el camino del conocimiento del blanco al negro en una misma lengua…

Amigo: - Indiscutible el pensar que desde aquí, ya sabemos quien dice la verdad determinada por Dios. En quien debe confiar el undécimo ser.

Trotamundos: - Cierto pero para él, ¿quién guía con la verdad, si ambos hablan de ella según su entendimiento?

El undécimo ser observa lo único inconstante es el nombre de los colores, en tanto el color en si es constante. Sin embargo también comprende que diferentes lenguas con un único Dios, los nombres pueden alterar todo. Dios sigue siendo Dios con otro nombre, pero ¿conocerá su nombre, o se dirigirá a otro queriendo ir a Él?

Termina confundido e inseguro sobre que decidir.

El undécimo ser si bien es naciente, sus primeros pasos los ha dado sobre la razón, su fe se funda en ella. Sabe dentro de los limites de los seres-existenciales, únicamente hay verdadera realidad en la medida en que se es consciente de esta y participa en esta; pero de pronto para presentarse a Dios, la trascendencia se torna el único medio, su razón y consciencia están de más ahora, si bien sus actos serán su definición. En esta situación es difícil decidir en quien confiar, ambos son sinceros, ambos creen hablar la verdad, pero solo uno; une la Palabra con Dios.

Como has escuchado amigo, en un mundo con significados diversos la palabra es la guía de nuestros actos. El primer ser mintió, los siguientes involuntariamente, pero él, el undécimo, esta confundido. Lo que decida hacer, marcara su destino.

¿Quién será el mensajero con la Palabra de Dios en sus labios? Se pregunta.

He intuye en los límites de su introspección razonada encontrar dos soluciones para dar con la Verdad: una que el mismo Dios se manifieste a sus sentidos mas confiables y le revele su Palabra; y dos, si su decisión de fe es guiada por el Absoluto desde donde participa.

En el darse cuenta de esos limites marcados en su vida, comienza a entender el sentido de la fe en Dios, y el como y porque vivir eligiendo el camino correcto aun desde lo ignoto al Absoluto, es posible tanto para él como para los perdidos. Entiende que la fe es también eso… cuando se llega al limite del potencial del conocimiento individual y solo queda lo inescrutable, confiamos Dios nos guiará a la verdadera realidad acerca de Él.

La fe se le manifiesta como el conocimiento último, el Eterno e Infinito abriéndose paso en la consciencia finita. La primera y última certeza de lo que esperamos como seres-existenciales; de tal manera que justificados por la Fe, podamos vivir infinitamente abiertos a la verdad.

Amigo: - ¡Gracias por esa parábola!

Escuchándote contarla me ha hecho sonreír aun más por verte de nuevo. Me doy cuenta que tu partida valió que la sufriéramos. Has comprendido la visión del mundo de otras culturas, y al compartírmela has logrado que yo empatice mejor con sus situaciones histórico-existenciales.

(Se queda repasando en su mente con que emoción platicaba durante su juventud querer explorar el mundo mas allá de la entrada de la comunidad… pero al olvidar el motivo trata de indagarlo de nuevo.)

Amigo: - Te seré franco, trato de recordar como nació tu inspiración para que decidieras vagar todo este tiempo lejos del pueblo donde creciste.

Trotamundos: ­- ¿Recuerdas como cuando éramos niños soñaba con alcanzar los astros en una nave espacial, imaginándome dando enormes saltos en un traje de cosmonauta sobre cráteres lunares, colonizando Marte y viajando a otros sistemas solares en los que establecería contacto con criaturas de planetas en galaxias distantes? ¿Pero como las posibilidades ofrecidas eran tan pocas que incluso alunizar en el cercano satélite era una ilusión limitada todavía a una visita al planetario?
En cierta ocasión cuando llegamos a la juventud y comprendí que todavía faltarían muchos avances tecnológicos a la humanidad entera para hacer esos viajes interplanetarios, adquirí la única nave que podría pilotear; una preciosa bicicleta negra tipo camello de rines de espejo. Por entonces coincidió mi cumpleaños número 17, y en lugar de mi deseado traje espacial, lo que adquirí fue algo mejor, el regalo de mi abuela Aurora que aún llevo puesto.

El pueblo se torno mi universo cósmico, sus colonias galaxias, las vecindades constelaciones, las casas sistemas solares, y la gente que las habitaban estrellas y planetas llenos de vida por explorar y conocer. Poco a poco recorriendo desde atrás del manubrio el diseño colonial de nuestro bellísimo pueblo, nació mi inquietud por aventurarme hasta las extremidades del mundo. Un día sin repasarlo mas, deje la bicicleta en el pórtico de la casa de mi madre doña Marie du Refuge, y comencé el viaje…

Amigo: - (Sonríe). Sí, ahora lo recuerdo: un gran sueño.

(Y aunque contento por verlo realizado, le hace un ligero reproche.)
Sabes aquel día cuando partiste, la comunidad entristeció: eras amado. Los que te conocimos solo teníamos palabras agradables para ti. Vaya, te buscábamos tanto que habría sido extraño encontrarte solo. Un joven de pensamiento libre, carismático, con una crítica constructiva en cada situación en el devenir de nuestras vidas, siempre ayudando, eras simplemente magnético.

Trotamundos: - He estimado eso en mi vida amigo, pero como has escuchado tenía una intención digna. Gracias a esa aventura, existe hoy esta certeza en mi corazón: las huellas de cada individuo [ser limitado he indivisible dentro del Ser Absoluto] son únicas como el camino en el que anda la verdad revelando el propósito de la fe en los extremos del mundo, el total del universo ha sido hecho por la Palabra de Dios.

He logrado vivir mis sueños de infancia sin tener que inventar alguna nave para verlos cumplidos, pues he nacido y viajado en ella toda mi vida…

Mensajero: - Él Amigo sonrió de nuevo por verlo otra vez, y reconocía un hermoso regalo de aquella aventura. Por primera vez comprendía que los argumentos de los seres-existenciales por muy validos que fueran tenderían ha imaginarse discutibles, era pues necesario expresar tolerancia. Porque algunos dirían la verdad y lo sabrían, otros mentirían y también lo sabrían, ¿pero que con aquéllos que mienten y creen decir la verdad? ¿Qué de los que se han confundido por todo esto? ¿A caso es justo juzgarlos?

La libertad del ser-existencial surgiría cuando Dios le señalara la diferencia entre el bien y el mal, y de la mano le permitiera elegir el camino propio, advirtiéndole sobre su Voluntad Divina. Motivo por el cual estaba seguro nuestra única salvación la encontraríamos en un Dios revelándose al menos en la Fe.

Su mutua alegría se expresaría con un Dios dando la fe correcta.




Reservados Todos los Derechos al Autor: Gustavo Alonso Briones Zavala.
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